Buscan una legión de donantes

This feature story describes how the effort to better inform Latinos about organ donation is being carried out. It involved many interviews with volunteers, known as "Los Embajadores," and staff members of the donation agency OneLegacy. I observed the volunteers in action at the Mexican consulate and at other events. As in my other stories for this two-day series, I wrote the story in English but provided La Opinión any direct quotes that were given to me in Spanish in that language to simplify the translation process.

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Unidos por un interés común trabajan juntos para concientizar a la población, mostrándole que es posible salvar vidas humanas mediante un acto de altruismo: la donación de órganos humanos.

Fieles a su nombre, se han convertido en los embajadores para la donación de órganos y tejidos en la comunidad latina de Los Ángeles.

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Los Embajadores de Done Vida, una cincuentena de mujeres, hombres y adolescentes, llevan su mensaje a consulados, iglesias, ferias de salud, eventos culturales y hasta a los partidos de fútbol de las Chivas USA.

"Son voluntarios que tienen una conexión con la donación porque han sido familiares de donantes o porque ellos mismos recibieron un transplante, o porque están a la espera de un órgano", dijo Sonia Navarro, la coordinadora de desarrollo comunitario latino para OneLegacy, la agencia de donación en Los Ángeles y los seis condados circundantes.

Al relatar sus emotivas experiencias, dijo Navarro, están educando a la comunidad hispanoparlante acerca de la urgencia de órganos que permitan a quienes los necesiten una oportunidad para recuperar su salud. Cada día, dice, se agregan seis nombres a la lista de espera nacional y en promedio mueren 18 personas que estaban en la lista de espera, antes de tener la oportunidad de un órgano disponible para ellos.

Sólo en el área de Los Ángeles, más de 3,700 hispanos esperan ansiosamente. Sin embargo, el número de órganos a los que pueden acceder – tanto los provenientes de personas fallecidas como de donantes vivos – es significativamente menor al necesario.

El Dr. Robert Méndez, cirujano pionero del transplante y presidente de OneLegacy, dice que la educación del público es un elemento indispensable para incrementar el apoyo a la donación. En consecuencia y con el fin de expandir su programa de educación comunitaria, OneLegacy comenzó a organizar al grupo de voluntarios de los Ambassadors en 2004. Un año después se creó Los Embajadores para trabajar dentro de la comunidad latina.

Los hispanos, que representan a casi la mitad de la población del área, constituyen un sector demográfico crucial en el intento de aumentar la inscripción en el registro de donantes de California; se trata de una lista de quienes ya indicaron que desean donar sus órganos luego de fallecer.

Sin embargo, la campaña informativa se topa con dificultades entre los hispanos. Mientras que en general una de cada cuatro personas se registran en la lista, entre los latinos la proporción baja a uno de cada siete, es decir, el 15%. Entre otros factores, ciertos temores y mitos previenen que más latinos se hagan donantes. Los Embajadores, precisamente, se encargan de confrontar estos mitos y creencias.

Por ejemplo, los voluntarios suelen informar a los católicos que el Obispo auxiliar de Los Ángeles, Gabino Zavala, ha reiterado la posición de la Iglesia de que "la donación de órganos y tejidos es un acto de amor". Este mensaje del obispo, transmitido este año por Univisión (KMEX), finaliza con Zavala diciendo: "Inscríbase en el DMV; salve vidas".

Recientemente, los Embajadores, Norma Araos, Ana María Villalobos y Evangelina y Arnoldo Pérez distribuían panfletos de Done Vida en el consulado mexicano de Los Ángeles a quienes esperaban en la fila para hacer sus trámites. Allí mismo, los Embajadores les informaron que un sólo donante puede salvar hasta ocho vidas con sus órganos y puede ayudar a hasta 50 personas con su tejido, incluyendo la córnea para curar la ceguera, la piel para salvar a víctimas de quemaduras y otras necesidades médicas.

Yolanda Sánchez, una de las paisanas que esperaban en el consulado y que habló con los Embajadores, aceptó rápidamente alistarse en el registro estatal. Aunque no tiene licencia de conducir, fue suficiente su número de matrícula consular para poder inscribirse.

Bryan Stewart, ex presidente de Donate Life California, la organización sin fines de lucro que mantiene la lista de donantes, dijo que los Embajadores "están transformando el acto de donación de órganos, de algo que infundía temor a algo que es motivo de celebración".

Entre los voluntarios de Los Embajadores, algunos se han ofrecido a ayudar después de que un familiar donara sus órganos. Hernán, el hijo de seis años de los Pérez, resultó fatalmente herido en un accidente de trineo acaecido sobre una colina helada en 1999. Lo llevaron en helicóptero a un centro médico, donde los médicos trataron de salvar la vida de este niño de ojos claros.

Al día siguiente, les comunicaron a los padres la amarga noticia: Hernán estaba clínicamente muerto y no había ninguna posibilidad de revivirlo. Eva decidió donar los órganos del niño. "Era la única manera que mi hijo tenía para seguir viviendo", dijo.

Algún tiempo después les llegó una carta informándoles sobre quienes habían recibido los órganos: un niño de dos años obtuvo el corazón; una niña de nueve, el hígado; un hombre y una mujer recibieron, cada uno, un riñón. "Lloré cuando leí la carta", dijo Eva, que es originaria de México. "Ahora está vieja y arrugada, pero para mí es como una barra de oro".

Los Pérez han sido Embajadores por alrededor de siete años. "Lo hacemos porque nos llena de alegría saber que podemos ayudar a que otros tengan una mejor calidad de vida; que cuando se registran, esas personas ya saben que el día que les toque irse, pueden dejar un legado como el que dejó mi hijo. Es una cosa muy bonita".

Navarro, la coordinadora de los Embajadores, dice que "los voluntarios nunca fallan en un evento" donde pueden ayudar a difundir la información.

Daysi Castro es una de los voluntarios. Hace años, poco antes de que Sebastián, su padre salvadoreño de 54 años sufriera un ataque cardíaco que devino en un trauma cerebral, le dijo: "Si algo me sucede, por qué no ayudarle a alguien que necesita mis órganos".

El hígado, los riñones y las córneas de Sebastián fueron transplantados. Dieron la vida y la vista a otros semejantes. Este 1 de enero, Sebastián Castro será una de las personas a las que Donate Life presentará honores con su carroza alegórica en el Desfile de las Rosas de Pasadena.

A través del trabajo de la familia con los Embajadores, dice Daysi, están honrando el legado de su padre. "Queremos estimular a la gente", afirma, "para que le den vida a otros".