POR HAROLD PIERCE
The Center for Health Journalism Collaborative
Legisladores de Bakersfield solicitaron esta semana 3.000.000 de dólares del presupuesto estatal a fin de llevar a cabo tratamientos de investigación y campañas para generar conciencia sobre la fiebre del valle, una pérfida enfermedad respiratoria endémica al Condado Kern que infectó a más personas durante el último año en California que en toda la historia del estado.
La propuesta presupuestaria —solicitada por la senadora estatal Jean Fuller y los miembros de la Asamblea de California Vince Fong y Rudy Salas— tiene lugar en un momento crítico para la fiebre del valle, que este año ha logrado captar la inusitada atención de los legisladores. Salas y Fong presentaron seis proyectos de ley en enero que versaban sobre las pautas para informar sobre esta enfermedad, la recolección de datos, los procedimientos de pruebas de laboratorio,
la capacitación del plantel médico y la seguridad de los trabajadores.
Si la solicitud por los 3.000.000 de dólares logra quedar incluida en el presupuesto final del gobernador en junio, esto representaría la mayor financiación que California ha destinado a la fiebre del valle desde el año 1998, cuando los legisladores lograron financiar un ensayo para una vacuna que terminó no siendo exitoso. En esta oportunidad, la financiación estaría destinada a los estudios de investigación realizados en el Centro Médico Kern del Instituto de la Fiebre del Valle, según la oficina de la senadora Fuller.
"La fiebre del valle es una enfermedad devastadora que, en caso de no ser tratada, puede causar daños permanentes en los pulmones y en el tejido óseo, además de inflamar la membrana que recubre el cerebro”, explicó Fuller. "Esta financiación no solo ayudaría a generar más conciencia sobre la fiebre del valle, sino que también sería un paso importante para encontrar un tratamiento eficaz".
La fiebre del valle, también conocida como coccidioidomicosis, comienza en las vías respiratorias. Es una enfermedad provocada por las esporas del hongo coccidioides, que crece en los suelos limosos de la región suroeste de Estados Unidos. Cuando el suelo se dispersa, a menudo debido a las actividades de labranza, las obras de construcción y los fuertes vientos, las esporas microscópicas del hongo pueden propagarse con el viento y, al ser inhaladas, causar la fiebre del valle. La mayoría de las personas no presentan síntomas, pero otras manifiestan síntomas semejantes a la gripe, como fiebre, tos, dolores de cabeza y escalofríos. En algunos casos, si no se realiza un tratamiento, la espora micótica puede propagarse por todo el cuerpo y causar problemas de salud crónicos, y en algunos casos, incluso la muerte.
No existe una vacuna ni un tratamiento farmacéutico desarrollado específicamente para la coccidioidomicosis. Asimismo, falta generar conciencia sobre esta enfermedad en la población general.
No obstante, lograr la financiación solicitada puede ser un gran desafío. Las propuestas de financiación para la fiebre del valle, una enfermedad históricamente ignorada y con escasa financiación, con frecuencia han fracasado. Salas incluyó en la legislación del año pasado 3.000.000 de dólares en financiación para fortalecer las deficiencias en las pautas para informar sobre esta enfermedad, pero fueron eliminados del proyecto de ley en el proceso legislativo antes de que el gobernador Jerry Brown lo vetara.
Anteriormente, en el año 2010, la senadora Fuller recibió amplio apoyo bipartidario para una asignación anual en curso por 1.000.000 de dólares para estudios de investigación sobre una vacuna para la fiebre del valle, pero fue eliminado durante los recortes presupuestarios y se discontinuó antes de que se gastara ni un dólar.
No obstante, los legisladores y defensores afirman que esta vez será distinto. El estado cuenta con fondos, afirma la senadora Fuller y ella y otros legisladores van a competir por ellos.
“No podemos rendirnos nunca mientras esto sea un problema”, añadió Fuller. “Desafortunadamente, la fiebre de valle está empeorando, y esto no solo se observa en nuestra región”.
La enfermedad ha comenzado a propagarse por fuera de sus límites tradicionales en la zona central de California. Los condados costeros, como San Luis Obispo y Monterey han observado aumentos en la cantidad de casos, al igual que las comunidades en el interior del estado, como en Los Ángeles.
Si bien los defensores manifiestan preocupación por la propagación de esta enfermedad, esta situación también les ofrece la ventaja de que la fiebre del valle ha ganado más notoriedad y buscan aprovechar esta situación a nivel legislativo.
“Existe mucha más conciencia entre los legisladores que enfrentan este problema en sus distritos”, señala Fuller.
Los legisladores también están decididos a educar al gobernador Jerry Brown acerca de los peligros de la fiebre del valle como forma de disuadirlo a volver a vetar la propuesta.
Salas afirmó que él y Fong están trabajando para celebrar una reunión con el gobernador y el Sheriff Donny Youngblood del Condado Kern, que ha tomado un especial interés en esta enfermedad, tras recibir el diagnóstico de su pareja el año pasado. Desde entonces ha surgido como una importante figura local que busca combatir esta enfermedad, y fue el protagonista de una serie de anuncios de interés público en los que urgía a la población a realizarse un análisis para detectar la fiebre del valle. El año pasado anunció que espera emplear su relación personal con el gobernador para lograr su apoyo.
Sin embargo, los defensores afirman que en este momento su causa cuenta con el mayor impulso que han tenido. La conciencia pública ha aumentado en los últimos dos años. Entre los éxitos logrados:
El Departamento de Servicios de Salud Pública del Condado Kern lanzó una campaña para generar conciencia sobre la fiebre del valle a través de periódicos, televisión, páginas web y carteles en las autopistas con la imagen del Sheriff Donny Youngblood del Condado Kern.
Los organismos estatales identificaron a los empleadores que no informaban a sus trabajadores acerca de los peligros de la fiebre del valle y les impusieron multas que ascienden a cientos de miles de dólares.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), aprobó una prueba de ADN para la detección rápida de la fiebre del valle que pronto se comercializará en el mercado.
El líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ayudó a obtener 5.000.000 de dólares en financiación federal para lanzar un estudio de investigación sobre el fluconazol, un fármaco que se emplea frecuentemente para tratar a los pacientes con coccidioidomicosis, aunque este fin no esté comprendido en la etiqueta.
“Este es nuestro año”, afirmó Rob Purdie, vicepresidente de la Fundación Américas de la Fiebre del Valle, con sede en Bakersfield. “Este año puede ocurrir un cambio en la situación de la fiebre del valle”.
Si se otorgan los 3.000.000 de dólares, el Centro Médico Kern del Instituto de la Fiebre del Valle —liderado por el Dr. Royce Johnson, investigador de larga trayectoria— podría continuar realizando estudios inmunogenéticos.
Dichos estudios podrían llegar a contestar esta acuciante pregunta: ¿por qué algunas personas que inhalan las esporas micóticas contraen la enfermedad, mientras que otras no manifiestan ningún tipo de síntoma?
La hipótesis de Johnson afirma que existe un componente relacionado con la genética.
“Si pudiéramos entender por qué algunas personas presentan casos graves de coccidioidomicosis mientras que otras no manifiestan ningún síntoma, esto nos podría ayudar a entender cómo desarrollar vacunas que fueran eficaces y, posiblemente, generar tratamientos o ampliaciones a los tratamientos que fueran eficaces,” afirmó el Dr. Johnson.