La nueva tecnología podría detectar las esporas microscópicas y hasta a veces mortales que causan la fiebre del valle y se propagan inadvertidamente en el aire.
Los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) están trabajando para crear un sensor capaz de detectar los niveles del hongo cocci en el aire y el suelo, afirmó Christopher Braden, subdirector del Centro Nacional de Enfermedades Zoonóticas Emergentes del CDC. Hace tres años que el organismo trabaja en el desarrollo de esta tecnología y Braden espera que los sensores puedan emplearse para lograr un uso más amplio en los próximos años.
“Hasta donde sabemos, somos los primeros en haber encontrado la combinación adecuada para preparar la muestra y la prueba molecular que pueda detectar el organismo en distintas muestras de suelo y aire”, señaló Braden.
El CDC adaptó dispositivos de vacío empleados habitualmente por la Administración de Salud y Seguridad Laboral para detectar los niveles de materiales peligrosos que puedan estar presentes en el lugar de trabajo. Estos dispositivos se colocan en lugares de tierra seca, se introduce aire en intervalos regulares y se realizan pruebas para analizar el ADN del hongo. A continuación, el nivel de las esporas del hongo detectado en el aire se envía a una computadora central.
Si esta tecnología puede implementarse en las regiones endémicas de la región suroeste de Estados Unidos, esto significaría un verdadero avance en relación con las medidas de concientización y prevención a llevarse a cabo, según las autoridades locales de la salud.
Los dispositivos podrían generar un sistema de alerta
En la actualidad, las autoridades de la salud solo pueden alertar al público a tener cautela durante los días ventosos o cuando el pronóstico de la calidad de aire alcanza niveles perjudiciales para la salud.
“Sería excelente poder agregar este instrumento a nuestra batería de herramientas”, señaló Kirt Emery, experto en epidemiología del Departamento de Servicios de Salud Pública del Condado Kern, que enumeró con entusiasmo todas las maneras en que la tecnología podría ayudar a prevenir la divulgación del hongo cocci en las regiones con mayor incidencia en el país.
Los dispositivos podrían confirmar si la propagación del hongo cocci aumenta con las actividades relacionadas con la construcción y la agricultura, según sospechan los expertos desde hace años. Durante las tormentas, podría emitirse una advertencia sobre la calidad del aire por códigos de color. Si contamos con tecnología lo suficientemente avanzada, se podría llevar control de la propagación del hongo de Sharktooth Hill, ubicado en un punto crítico en el país, y así determinar su diseminación en los días ventosos. A futuro, se podría diseñar un sistema de alerta masiva que suene en los teléfonos celulares cuando las personas ingresan en ciertas regiones en días de alto riesgo.
La tecnología podría también acortar las demoras que puedan existir entre el período en que las autoridades de la salud confirman un nuevo brote de la enfermedad y el momento en que alertan al público general, señaló John Galgiani, director del Valley Fever Center for Excellence de la Universidad de Arizona.
El Departamento de Servicios de Salud Pública del Condado Kern, por ejemplo, emitió una advertencia de riesgo para la salud en septiembre, después de observar un aumento en las solicitudes para realizar análisis de laboratorio a fin de detectar casos de fiebre del valle. Habitualmente, las solicitudes de estos análisis se realizan mucho después de que las personas inhalan las esporas del hongo.
Los sensores podrían reconfigurar el mapa de la incidencia de la fiebre del valle
Las autoridades del CDC han estado estudiando los dispositivos para detectar el hongo cocci en ambientes donde ha determinado la presencia del hongo. También están empleando la herramienta para determinar si el hongo está presente en los entornos que ya se sospecha que son endémicos, como algunas regiones de Oregón y Washington, afirmó Braden.
La nueva tecnología puede también ayudar a terminar con las conjeturas sobre si las personas infectadas contrajeron la fiebre del valle mientras viajaban, las que fueron diagnosticadas más tarde en su estado de residencia.
“Podemos identificar y alertar sobre los puntos críticos que existen en otras regiones de Estados Unidos, y luego implementar una campaña de concientización para asegurarnos de que las personas reciban el tratamiento adecuado”, señaló Braden.
Los investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud de la Universidad de California en Merced intentaron llevar a cabo un proyecto semejante a través del diseño de un dron que podría detectar el hongo cocci en el aire. Desafortunadamente, no ha tenido el nivel de éxito de los dispositivos de vacío del CDC.
“Continuamos trabajando con las muestras, y en realidad, la densidad de los microbios en el aire claramente no es muy alta, por lo tanto, hay que analizar muchas muestras de aire para obtener suficiente material microbiano”, afirmó Michael Beman, científico ambiental de UC Merced. “Los drones pequeños quizás no sean en última instancia muy buenos para esto”.
Kerry Klein de Kern Valley Public Radio contribuyó con este informe.