Desafíos al amamantar
SAN FRANCISCO - La gran mayoría de sus pacientes latinas quieren amamantar a sus bebés, aseguró Maya Vásquez, consultora de lactancia del Hospital General de San Francisco (SFGH por sus siglas en inglés). “Es algo cultural. Han visto a sus mamás, abuelitas y hermanas dar pecho”, agregó. Pero no todas pueden.
Agrupaciones como la Organización Mundial de la Salud y la Academia Estadounidense de Pediatría recomiendan que a los bebés se les dé exclusivamente leche materna durante los primeros seis meses de vida. La reducción del riesgo de los bebés de contraer enfermedades infecciosas, es sólo uno de los tantos beneficios de dar pecho exclusivo por el tiempo indicado.
De hecho, esas y otras organizaciones recomiendan continuar amamantando, como mínimo, hasta el año, introduciendo poco a poco otros alimentos y seguir dando el pecho hasta los dos años o más.
Sin embargo, el abandono de la lactancia materna como alimento exclusivo es común entre las madres en Estados Unidos, y afecta más a las mujeres que son de bajos ingresos y que cuentan con poca educación, indican varios estudios.
En su reporte de lactacia 2010 (Breastfeeding report card), el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), encontró que 75 por ciento de las mujeres amamantaban a sus hijos recién nacidos, un 33 por ciento seguía alimentándolos exclusivamente con leche materna tres meses después y sólo 13 por ciento continuaba hasta los seis meses.
Para Vásquez, la precaria situación económica de sus pacientes —60 por ciento de las cuales son inmigrantes latinas recién llegadas, que no cuentan con documentación legal o seguro médico—, es la mayor limitación que les impide amamantar a sus bebés. Por necesidad, muchas de ellas no se pueden quedar con sus pequeños mucho tiempo después de dar a luz, pues tienen que regresar a sus empleos.
Trabajan en taquerías, de niñeras o limpiando casas, trabajos de largas jornadas, donde se les dificulta sacarse la leche materna, y por tanto, tienen muchos problemas para mantener el pecho exclusivo como alimento para sus hijos. Es común que recurran a la leche de fórmula, ya sea como suplemento de la leche materna o como el alimento principal del bebé.
“Son empleos donde sienten que no pueden exigir sus derechos, como pedir descansos para sacarse la leche”, agregó Vásquez, del SFGH.
Qué dice la ley
De acuerdo al capítulo 3.8 del código de trabajo de la ley de California, titulado “Facilidades para la lactancia” (Lactation Accommodation), los empleadores deben proporcionar a sus trabajadoras lactantes, un periodo de descanso razonable y deben hacer un esfuerzo por proporcionarles un espacio privado y limpio (que no sea el baño) para extraerse leche. Existen multas para los empleadores que no respeten esas reglas.
Además la nueva ley del sistema de salud de Estados Unidos, que entró en vigor en marzo de 2010, también les otorga el derecho a las mujeres de extraerse la leche materna durante sus periodos de descanso, un año después del nacimiento del bebé y un lugar adecuado donde lo puedan hacer.
La ley federal también estipula que las empresas que tengan menos de 50 empleados, no están obligadas a seguir dichos requerimientos si éstos los ponen en aprietos.
Haydée Herrera, consultora de lactancia a través del programa federal de asistencia nutricional para mujeres embarazadas, infantes y niños, llamado WIC (Women Infant and Children) del Centro de Salud Nativo Americano (Native American Health Center) de Oakland, coincidió con Vásquez.
Explicó que la mayoría de las empresas para las que trabajan sus pacientes latinas, la gran mayoría de ellas también inmigrantes y de bajos ingresos, no cuentan con un lugar privado donde puedan extraerse la leche, y en algunas, incluso, les niegan el tiempo para hacerlo. Se sacan la leche en el baño o en sus autos durante la hora del almuerzo.
'Lonche' en el baño
“No creo que nadie prepare su almuerzo, su sándwich en el baño. La leche materna es la comida del bebé, no se debe preparar en el baño”, aseveró Herrera.
Ese fue el caso de Carmen Rodarte, una paciente de Herrera quien hasta hace poco trabajaba como cajera y cocinera en la sucursal de Caspers de Oakland, un restaurante de comida rápida, famoso por sus perros calientes (o hot dogs).
“Limpiaba el baño y lo desinfectaba con toallitas con cloro antes de sacarme la leche”, relató Rodarte, originaria de Zacatecas y madre de tres hijas de cuatro y cinco años, la más pequeña de dos meses de edad. Confesó que su supervisor le negaba que se tomara descansos para sacarse la leche.
“Es injusto que en los trabajos no nos apoyen como mamás. Hay leyes que nos amparan, pero no las respetan”, expresó esta inmigrante mexicana quien regresó a trabajar un mes después de dar a luz y ahora se encuentra desempleada. Dice que la despidieron de un día para otro el pasado mes de febrero sin darle ninguna explicación.
Respuesta de los empleadores
Temo López, el gerente de la sucursal de Caspers de Oakland, el reciente empleo de Carmen Rodarte, dijo que “nunca habían tenido ninguna situación” donde una de sus empleadas requiriera descansos o un lugar especial para extraerse la leche.
Haydée Herrera, del WIC, comentó que los supermercados Mi Pueblo, son otro de los lugares de trabajo de los que se han quejado sus pacientes (quienes por temor prefirieron no ser entrevistadas). Herrera dijo que según el testimonio de algunas, se les niegan los descansos para extraerse la leche y no cuentan con un lugar apropiado donde lo puedan hacer.
“Tenemos los baños y los break rooms (cuartos de descanso de los empleados)”, respondió Perla Rodríguez, vocera de los supermercados Mi Pueblo, cuando se le preguntó si la compañía les ofrece a las empleadas que amamantan un lugar especial para extraerse la leche.
Al mencionársele que los baños no eran considerados higiénicos para tal uso y los cuartos de descanso de los trabajadores no brindaban la privacidad necesaria, sugirió que las empleadas podían entonces usar las oficinas donde se llevan a cabo las reuniones de los directivos de la empresa. Aunque aclaró que nunca se ha presentando el caso. Y dijo que todos los trabajadores reciben sus descansos.
Herrera exhortó a los empleadores a ofrecer a sus trabajadoras un lugar privado donde puedan extraerse la leche. “No necesitan mucho.
Un pequeño lugar sin cámaras, donde haya un enchufe y una silla. El lugar donde se laven las manos puede estar en otro lado”. Dijo que su organización los puede ayudar gratuitamente en ese esfuerzo.
Los beneficios para las compañías que apoyan a las empleadas lactantes son muchos, de acuerdo a un programa titulado Análisis sobre los beneficios de la lactancia materna en los negocios (“The business case for breastfeeding”), del Departamento de Salud Pública y Servicios Humanos de Estados Unidos. Entre éstos se menciona menos ausentismo, ya que los bebés de las empleadas son más sanos y hay menos rotación de personal, debido al apoyo ofrecido. Además de mayor productividad.