Mentes vulnerables
Vulnerable Minds: The mental health of Latino children and youth affected by violence and the process of family reunification.
SAN FRANCISCO.— Una mujer cayó muerta a unos pasos de donde se encontraban Metzi Camacho* y sus dos pequeños hijos. Caminaban por el vecindario, en Potrero Hill, cuando presenciaron aquel asesinato a sangre fría. "No se distinguía si era de día o de noche, a todas horas vendían drogas y había peleas y muertes", contó Camacho al describir su antiguo barrio, que se encuentra al este del Distrito de la Misión, el barrio latino de esta ciudad.
Ese violento hecho, que ocurrió hace dos años, afectó enormemente a su hijo mayor, quien tenía entonces cuatro años, comentó Camacho. Su maestra, dijo, fue quien primero notó cambios en su comportamiento. "Estaba muy distraído y como en otro mundo, siempre viendo para el vacío".
El niño vivía atemorizado. "Tenía siempre pesadillas. Se despertaba gritando, decía que alguien lo iba a matar. Y se hacía del baño en su ropa a todas horas", agregó Camacho.
Esta madre soltera confesó que sus hijos también han sido testigos de violencia doméstica en el hogar. La familia ha vivido en refugios (shelters) y en las calles.
Camacho buscó ayuda. Hace año y medio que ella y su hijo mayor reciben terapia familiar en una clínica del Hospital General de San Francisco (SFGH por sus siglas en inglés), que se especializa en servicios para niños y adolescentes que sufren, entre otras cosas, de depresión, ansiedad o adicciones.
Camacho mencionó algunos de los beneficios de la terapia. "Ahora mi niño tiene más confianza de sí mismo y ya no tiene pesadillas. Sabe que tiene gente que lo quiere, que lo está cuidando". Ahora viven en un lugar más seguro.
La doctora Miriam Martínez, directora de la clínica a la que acuden Camacho y su hijo en el SFGH, especificó que 47 por ciento de las familias que atienden son latinos, y más de la mitad son inmigrantes.
Violencia total
Martínez explicó que una de las causas principales de la depresión, la ansiedad y los traumas que sufren los niños y jóvenes latinos que atienden en su clínica, es la violencia a la que están expuestos, ya sea en sus hogares (violencia doméstica), en los vecindarios donde viven (violencia comunitaria) o en ambos lados, como el caso del hijo de Camacho.
Félix Kury, terapeuta familiar y profesor de la Universidad Estatal de San Francisco (SFSU por sus siglas en inglés), aseveró que muchos de los trastornos mentales de la comunidad latina están profundamente relacionados y condicionados por el entorno en que viven.
"Nuestra gente vive en zonas urbanas donde hay pobreza y violencia", comentó Kury, quien es además director de los programas de la Clínica Martín-Baró, que se encuentra en la Misión y ofrece servicios a personas de bajos recursos.
"Si llevan a un niño que tiene hiperactividad a terapia, pero por las noches escucha balazos alrededor de su casa y va a una escuela donde hay tantos estudiantes que la maestra no le pone atención, nunca se va a aliviar. Existe esa tendencia a pensar que los problemas psicológicos están adentro de nosotros, pero muchas veces están afuera", precisó Kury.
Añadió que además los jóvenes latinos viven estigmatizados y criminalizados. "Hace falta una reforma migratoria que venga a humanizar a nuestra comunidad, eso nos evitaría varios problemas", remató Kury.
Reunificación familiar
Los tres principales padecimientos de salud mental de los niños latinos en Estados Unidos son: trastornos del humor (25.2% de todos los diagnósticos), trastornos de adaptación (17.6%) y trastornos de mala conducta (15.4%). Eso, según un reporte titulado "La salud mental y los latinos en los EEUU", realizado en 2010 por Xóchitl Castañeda, directora de la Iniciativa de Salud de las Américas, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley.
La gran mayoría de los especialistas entrevistados para este reportaje coincidieron en que un número considerable de trastornos de adaptación que ven en los niños latinos son causados por el proceso de separación y reunificación familiar, común entre los inmigrantes.
Ingrid Zimmermann, directora de La Clínica del Instituto Familiar de la Raza de San Francisco, consideró al proceso de reunificación familiar como "el problema más grande" que ha identificado en sus pacientes latinos menores de edad.
"Por necesidad muchos padres y madres se vienen a trabajar a Estados Unidos y dejan a sus niños con familiares en sus países de origen", precisó Zimmermann.
Explicó que es común que los niños que vienen a reunificarse con uno o ambos padres se sientan muy tristes cuando llegan a este país, ya que extrañan a los familiares con quienes se criaron, ya sean sus tíos, abuelos o hermanos.
"Tal vez la mamá se volvió a casar y tiene otros hijos que el niño que acaba de llegar no conoce. Quizá tampoco conoce muy bien a la madre. El integrarse a una nueva familia se le hace muy difícil".
Aunado a eso, se les dificulta adaptarse en la escuela, ya que no hablan inglés.
Algunas soluciones
En todo California, las disparidades son latentes en cuanto a los servicios que recibe la comunidad inmigrante, opinó la doctora Martínez, del SFGH. Y el área de la salud mental no es la excepción, ya que dijo hacen falta más recursos para atender a la comunidad latina. Sólo en su clínica, añadió, existen 31 niños latinos en la lista de espera para ser atendidos, debido a trastornos como depresión, traumas y adicciones.
También hacen falta más proveedores de salud mental competentes que conozcan las percepciones culturales de las enfermedades mentales entre los latinos, para que de esa manera no tengan dificultades para diagnosticar ciertos síntomas, manifestó Kury de SFSU.
Ante el rápido crecimiento de la población latina, es importante que haya más maestras bilingües y biculturales en los centros preescolares, indicó Bruce Fuller, profesor de educación y políticas públicas de la Universidad de Berkeley, ya que podrían identificar problemas potenciales de salud mental, los cuales se tratarían a temprana edad.
Para el psicólogo clínico Manuel Yániz, de la clínica Gardner en San José, es imperativo que existan más recursos preventivos. El que no se trate a los niños y jóvenes latinos con problemas de salud mental, apuntó, puede tener consecuencias muy graves no sólo para los chicos y sus familias sino también para la sociedad en general.
"Estos niños pierden la oportunidad de aprender en la escuela, y es muy común que deserten. Y como no terminan sus estudios, carecen de una identidad propia y es por eso que se meten a las pandillas y acaban en las cárceles o en la juvenil".
Yániz, quien tiene más de 15 años de trabajar en la clínica Gardner, dijo que se ha percatado que "poco a poco se va perdiendo el estigma y el miedo" que tiene la comunidad latina a la hora de buscar cuidado de la salud mental. Sin embargo, dijo, "todavía hay mucho por hacer".
Aconsejó a los padres latinos que sospechen que su niño sufre de algún trastorno mental, a que primero que nada, busquen ayuda en la escuela de su hijo ya que ahí le pueden explicar cómo acceder a los servicios adecuados. En iglesias y organizaciones comunitarias también los pueden guiar, indicó. "No tengan miedo, que la ayuda se puede alcanzar", alentó.
A su vez Xóchitl Castañeda, de la Iniciativa de Salud de las Américas, recomendó a los padres a que dediquen "calidad de tiempo con sus hijos", ya que "no todo es trabajar". Y les sugirió que los inscriban en actividades extracurriculares como clases de música o danza folclórica para que sientan que "pertenecen a una cultura".
*Nombre ficticio, pues según normas de confidencialidad, el SFHG no revela nombres o país de origen de los pacientes entrevistados.
Estas características podrían indicar un problema de salud mental en jóvenes o niños, según el psicólogo clínico Manuel Yániz, de la clínica Gardner en San José:
• No quiere convivir con la familia
• Se le ve retraído
• Tiene problemas en la escuela
• Se aparta, se esconde
• No duerme bien
• Pasa mucho tiempo fuera de casa
• Está muy rebelde e irritable
Clínicas
Son las que ofrecen terapia para niños, jóvenes y familias, en español:
• Clínica de Servicios para Niños y Adolescentes (CAS por sus siglas en inglés) del SFHG: 415-206-4444
• Instituto Familiar de la Raza, Inc.: 415-229-0500 o laclinica@ifrsf.org
• Centro de Bienestar de la clínica Gardner en San José: 408-287-6200
• Casa del Sol en La Clínica de La Raza en Oakland: 510-535-6200