Arizona no atiende la disparidad étnica en niños bajo cuidado temporal
Perla Trevizo is a recipient of the University of Southern California Annenberg Center's Fund for Journalism on Child Well-being.
Other stories in this series include:
Part 1: Arizona Daily Star special investigation: Fixing our foster care crisis
Part 2: Despite state progress in Arizona, 'a lot of desperation, isolation'
Part 3: Hard work of reunification often entails rehab, intensive home services
Reporters reveal deep faults in Arizona’s swollen foster care system
Shared goals, collaboration are keys to family success
Moments of high anxiety for deported dad on custody quest
Racial and ethnic disparities in child removals go unaddressed here
When a parent is deported, path to reunion starts with Pima County group
For migrants, cultural barriers, life’s shocks complicate welfare cases
Barreras culturales, obstáculo para el bienestar infantil entre inmigrantes
Se unen para derribar muros para padres deportados
La ansiedad de un padre deportado peleando por la custodia de sus hijos
Metas compartidas y colaboración son claves para que las familias tengan éxito
(Photos Credit: Mike Christy/Arizona Daily Star)
Arizona tiene una de las tasas más altas de niños removidos de sus hogares en todo el país, y más del 60 por ciento son niños de color.
Mientras ese porcentaje en general refleja la población de niños de color en el estado, hay dos grupos que están sobrerepresentados.
Los niños afroamericanos representan el 5 por ciento de los niños en el estado, pero son un 15 por ciento de aquellos que el estado remueve de sus hogares a raíz de posible descuido o maltrato. Mientras que los niños indoamericanos representan un 5 por ciento de la población pero un 8 por ciento de los que el estado separa de sus padres.
Los niños hispanos y blancos representa cada uno aproximadamente un tercio del total de niños removidos de sus hogares. Los menores anglosajones representan el 40 por ciento de la población infantil de Arizona, mientras los hispanos un 44 por ciento.
Aunque las cifras muestran que los menores hispanos de hecho están subrepresentados en el sistema estatal de bienestar infantil, estudios nacionales han encontrado que esto puede variar por generación.
Una investigación en Texas encontró que mientras la primera y segunda generación de Hispanos estaban subrepresentados en el sistema, Latinos nacidos en Estados Unidos se encuentran sobrerrepresentados, en comparación a su población.
Alan Dettlaff, jefe del Colegio de Posgrado de Trabajo Social en la Universidad de Houston, también concluyó en otro estudio que a nivel nacional, el 64 por ciento de los niños Hispanos dentro del sistema de bienestar infantil vivían con un padre nacido en Estados Unidos.
En Arizona, el 28 por ciento de los niños viven con familias migrantes, y el 90 por ciento son estadounidenses.
Otro factor que puede influenciar los datos es la posibilidad que las cifras de Arizona no sean completamente precisas. El Departamento de Seguridad Infantil agrupa el 6 por ciento de los niños removidos de sus hogares como “otros” bajo la categoría de raza o etnia. Se supone que los trabajadores que manejan los casos tienen que preguntarle a las familias a que categoría pertenecen, pero según algunos que abogan por familias dentro del sistema, en ocasiones la identificación del menor es sólo basada en las observaciones del trabajador, la cual no siempre es correcta.
En general, niños de color o aquellos que viven con padres migrantes tienden a tener un índice de pobreza más elevado y logros educativos por debajo de sus contrapartes anglosajonas.
Muchos niños de color están creciendo en comunidades en donde el desempleo y crimen es más elevado; las escuelas tienen menos recursos; el acceso a medios de transporte y cuidado médico es más limitado; y los apoyos y servicios a familias son menos, según el informe de la Fundación Annie E. Casey, titulado “Race for Results 2017”.
Esos retos los ponen en un mayor riesgo de descuidado. Por ejemplo, si los padres tienen trabajos que pagan poco, con horarios impredecibles y no tienen acceso a cuidado infantil de calidad, eso puede llevar a que niños tengan que cuidar a otros niños o quedarse solos en casa.
Batalla contra la pobreza
El código postal 85713, el cual incluye la ciudad del Sur Tucsón, tiene entre los números más altos de llamadas al Departamento de Seguridad Infantil y de niños removidos en el Condado Pima, con 607 informes y 132 niños removidos en el años fiscal 2016.
El Sur Tucsón es una ciudad de milla cuadrada con una población de 5,600 habitantes ubicada dentro de la ciudad de Tucsón. Más del 80 por ciento de sus residentes son hispanos.
El ingreso promedio es menos de $22,000, con casi la mitad de la población viviendo por debajo de la tasa de pobreza. Sólo el 30 por ciento son dueños de sus casas.
La falta de empleo no es tan problemática como lo es encontrar trabajos que paguen sueldos con los que la gente pueda vivir, “lo cual significa que familias necesitan dos o tres trabajos solo para poder sobrevivir y no tienen beneficios”, dijo Alonzo Morado, con la Fundación Primavera.
También residen muchas familias con estatus migratorios mixtos, lo cual por lo general significa un menor nacido en Estados Unidos con por lo menos un padre indocumentado. Mientras familias migrantes enfrentan los mismos problemas que la comunidad en general, obtener ayuda puede ser especialmente difícil.
Desde que la administración de Trump prometió acelerar las deportaciones de migrantes indocumentados y negar la entrada a personas de ciertos países, el miedo en comunidades migrantes, con y sin documentos, ha incrementado. Aquellos sin estatus migratorio temen ser deportados y aquellos con papeles temen perderlos.
“Es muy estresante. Muchas familias temen salir de sus casas”, dijo Kate Meyer, coordinadora de la coalición para prevención comunitaria en PPEP, una organización que ofrece servicios de educación y entrenamiento. Batallan para pedir ayuda debido al miedo de que si dicen algo mal, las autoridades pueden venir por ellos, dijo.
Esto también puede llevar a que algunos migrantes no quieran reportar posible abuso, Dettlaff señaló.
Por otra parte, según Dettlaff, las fortalezas de familias migrantes —incluyendo hogares con dos padres, apoyo de la familia y tasas menores de consumo de drogas— puede contrarrestar esos riesgos.
La ciudad Sur Tucsón es tan sólo un ejemplo de pobreza concentrada. Más de uno de cuatro niños en el Condado Pima viven por debajo del índice de pobreza.
Pero Sur Tucsón también es un lugar en dónde representantes de agencias que proveen servicios, líderes comunitarios y residentes se han unido para tratar de cambiar su curso. Healthy South Tucson, Sur Tucsón Saludable, es una coalición de varios sectores cuyos miembros se reunen mensualmente para discutir temas y problemas que afligen a la comunidad.
“El objetivo general es traer salud a todos los aspectos comunitarios de Sur Tucsón. Queremos tocar el tema de educación, medio ambiente, cambios políticos, salud y nutrición — para llegar a la raíz de lo que realmente está afectando a la comunidad”, dijo Lorenzo González, presidente del grupo.
Healthy South Tucson distribuye abrigos y zapatos a niños necesitados, organiza ferias de salud y limpiezas de vecindario. También trabaja con grupos como Garden Kitchen de la Universidad de Arizona, para ofrecer educación de jardinería y cocina, con el propósito de mejorar el acceso a alimentos saludables.
La misión del grupo incluye incrementar el porcentaje de propietarios de vivienda a un 50 por ciento, dijo Morado. La organización Primavera compra terreno y casas para renovar y poderlas vender a familias de bajos ingresos.
También quieren ayudar a desarrollar pequeños negocios por medio de micro-préstamos y acceso a cocinas comerciales.
“Cada dólar que se gasta en estos negocios, se reinvierte en la comunidad seis veces más”, dijo Morado.
“Si hay una cosa que he aprendido de Sur Tucsón”, dijo González, “es que todo en la comunidad está conectado”.
Nada nuevo
Las disparidades que afectan a niños de color y migrantes en Arizona no es nada nuevo.
En el 2008, la Alianza de Acción por los Niños produjo un informe sobre desproporcionalidad racial en el sistema de bienestar infantil en Condado Maricopa. El documento encontró que los niños afroamericanos e indoamericanos eran tres veces más propensos de entrar a foster care, o cuidado temporal, que menores blancos o latinos. La organización esperaba que este informe fuera el ímpetu para discutir temas como el papel de factores culturales y la influencia de ello sobre los encargados de tomar estas decisiones; la disponibilidad de apoyo comunitario; y factores sistémicos o institucionales que pudieron influenciar el resultado —y que llevara a tomar acción.
En un estudio del 2011 de la Universidad de Arizona, los investigadores preguntaron si padres indocumentados eran más propensos a tener problemas de abuso, negligencia, abandono, abuso de sustancias, pobreza, violencia doméstica y salud mental en comparación a padres nacidos aquí. De 26 trabajadores del departamento de bienestar infantil que respondieron el cuestionario, casi la mayoría “pensaba que era más probable que padres indocumentados tuvieran problemas de pobreza; más de la mitad creía que eran más propensos a tener problemas de violencia doméstica; y cerca del 25 por ciento dijo que era más probable que tuvieran problemas con descuido de niños, abandono, abuso de sustancias y salud mental”.
Durante ese tiempo, un grupo de organizaciones religiosas se juntó para tratar el tema de desproporcionalidad, pero el grupo se desintegró en el 2013, cuando se encontraron 6,000 informes sobre descuido y abuso infantil que nunca fueron investigados por el departamento de bienestar infantil, CPS por sus siglas en inglés, según Roy Dawson, director ejecutivo del Centro de Arizona de Recursos para Afroamericanos en Phoenix y miembro de esa coalición.
También en el 2012, un informe del estado menciona algunos subcomités en la corte juvenil del Condado Pima en donde miembros trataron temas y tendencias asociadas con niños afroamericanos, indioamericanos y refugiados en el sistema. Pero las prioridades en algún punto cambiaron. Tina Mattison, subdirectora en la corte juvenil, no pudo encontrar ningún informe o información sobre qué fue del trabajo del subcomité. Ella no era parte de la corte en el 2012.
La corte tampoco pudo proporcionarle al Arizona Daily Star datos sobre casos de maltrato y descuido desglosados por etnia, raza o código postal.
Actualmente ni el estado de Arizona ni el Condado Pima tiene iniciativas para tratar el tema de desproporcionalidad en el sistema de bienestar infantil. DCS no concedió una entrevista para discutir el tema.
“No estoy hablando sobre los corazones de las personas, pero sobre sus cabezas”, dijo Dawson. “La mayoría quiere hacer lo correcto pero no sabe cómo. Necesitamos crear un camino para que puedan conectarse con las personas correctas”.
Cuando se trate el tema de prejuicio racial, se fortalezca a las comunidades y haya un compromiso real dentro del sistema para resolver los problemas de equidad, dijo Dawson, “entonces es cuando va a ver una mejor oportunidad para crear un cambio”.
Informes al Departamento de Seguridad Infantil en Pima por código postal
El Departamento de Seguridad Infantil recibió más de 9,000 reportes sobre seguridad infantil en el Condado Pima durante el año fiscal 2016.
Seleccione el código postal para ver datos sobre la salud de esa región. Algunos indicadores incluyen tasas de pobreza, solicitudes de ayuda para vivienda y comida, así como índices de niños removidos y llamadas sobre posible abuso infantil.
[This story was originally published by Arizona Daily Star.]